Olvida mi alma
enamorada,
de amores; altanero,
enfermo,
cual sombra, perdida en
el infierno,
vas dejando, estelas de
la nada.
De cariños, encontraste
hartazgo,
denostando mis
delicados versos,
sábete que poemas como
éstos,
son para alma sutil,
gran hallazgo.
Quédate entre migajas
lisonjeras,
lo único que tu sueño
alcanza,
un cielo vasto, de
nubes pasajeras.
Prescinde de manjares
suculentos,
olvidada quedó ya toda
afrenta,
mi barco hoy recibe
nuevos vientos.
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